La aparición de nuevas drogas sintéticas en el mercado obliga a los organismos a estrechar la colaboración internacional. Y el Instituto de Salud Pública de Chile no es la excepción a la regla. Para ello, una ampliación del convenio de colaboración que sostiene el ISP con su símil de Canadá, el Institut National de Santé Publique du Québec (INSPQ) –actualmente en estudio-, podría ayudar a reforzar la referencia y, por ende, la capacidad en este campo. Así lo destacó el jefe de la Sección Análisis de Drogas del ISP, Boris Duffau Garrido (QF), quien explicó que una de las mociones de intercambio en el campo toxicológico es precisamente desarrollar apoyos conjuntos en el análisis de drogas sintéticas, materia en la cual el ISPNQ es uno de los referentes mundiales. Las drogas sintéticas son aquellas que se elaboran a través de procesos químicos. A diferencia de la cocaína o la marihuana que se obtienen a partir de plantas, éstas se obtienen mediante extracciones químicas para conseguir los compuestos psicoactivos. El ISP cuenta con la capacidad analítica y tecnología de punta en el país para identificar las drogas con presencia en el territorio, y sus actuales nexos colaborativos y de referencia se encuentran en la norteamericana DEA y en la división europea de la ONU. Duffau sostuvo que en Chile, al igual como sucede en el resto del mundo, el mercado de la droga tiene un comportamiento altamente dinámico y cambiante, con irrupción constante de nuevas sustancias, que van desde las naturales derivadas de plantas, hasta las drogas sintéticas y semisintéticas. Hasta el año 2012, el LSD era la droga alucinógena sintética de mayor circulación en el mercado nacional. En marzo de 2013, una nueva sustancia creada en Alemania hacía menos de seis meses entraba al país, y en un tiempo record reemplazó al LSD. El C-boom, también conocida entre otros nombres como “Pandora” hoy lidera el ranking de unidades pesquisadas en sus más de 30 variantes. Le sigue muy por debajo el LSD y, luego, en menor medida, el Extasis como otra de las drogas sintéticas. Hasta ahora no se conocen casos de alucinógenos que se sinteticen en Chile. Según los datos periciales de las policías, la mayoría provienen de países europeos, entre ellos Holanda y Alemania, ingresan al país habitualmente desde Argentina para ser incautadas en las aduanas. Cuando logran entrar, son distribuidas en fiestas masivas. En general las drogas sintéticas generan dependencia psicológica por la búsqueda de un estado de euforia, aunque igualmente producen efectos físicos adversos por su consumo, ya sea sola o por la combinación con alcohol u otras sustancias. C-Boom En el último tiempo se ha visto un aumento sorprendente y sostenido de drogas sintéticas relativamente nuevas, similares al LSD, que son derivados estructurales de una molécula denominada Feniletilamina, la que actúa de manera muy similar al LSD pero mucho más potente. Entre ellas está el C-Boom. En un primer momento se confundió con el LSD porque su presentación y forma de consumo es exactamente igual, a través de estampillas. Aunque coloquialmente se les denomina C-Boom o Pandora, su nombre científico es el numeral “25” y, dependiendo del sustituyente, se acompaña de la letra respectiva (25C, 25E, 25i, etc). El laboratorio del ISP ha identificado hasta ahora 33 análogos de la sustancia, todos derivados de la Feniletilamina. “Al igual que el LSD, esta sustancia actúa al mismo nivel del sistema nervioso central, por lo tanto provoca alucinaciones, pero mucho más vívidas y de mayor duración. Además, al ser más potente, se necesita una menor dosis de esta sustancia para provocar efectos similares a los del LSD”, indica el especialista. En cuanto a la toxicidad, C-Boom es más aguda, y puede incluso llegar a provocar la muerte del consumidor por paro cardio-respiratorio. De hecho, se han reportado casos de este tipo en otros países, en tanto que en Chile se investigan algunos decesos que podrían involucrar este producto. “Estamos ante alucinógenos muy potentes, de hecho, las estampillas que se usan tienen microgramos de dosis, o sea, la millonésima parte de un gramo por cada dosis, y con ello se logra provocar alucinaciones muy vívidas –los viajes-, algunas de las cuales terminan en crisis de pánico, arritmias cardiacas y, en casos extremos, en paros cardio-respiratorios”, subrayó. Los derivados de la Feniletilamina se usan en forma líquida o aplicados en estampillas. Lo encontrado en Chile hasta ahora es en la última modalidad, y su consumo, por la vía sublingual. El éxtasis En Chile, el éxtasis ha estado presente ya varios años y tiene un fuerte consumo como un estimulante derivado de anfetaminas. Se le considera dentro del grupo de drogas sintéticas de club o discoteque. Esta droga tiene al menos dos tipos de presentaciones en el país: como comprimidos con diseños y colores diversos, y como un polvo cristalino que se disuelve en las bebidas. Según señala el jefe de análisis de drogas, los estudios realizados a esta droga advierten importantes variaciones en su composición, y su apariencia más habitual, en pastillas, tiende a hacer pensar que se trata de un medicamento, en circunstancia que no lo es. “Tanto Extasis y Pandora son sintetizadas caseramente en cocinas de departamentos; de hecho, éstos laboratorios clandestinos se han descubierto a raíz de accidentes, incendios y explosiones que se provocan por la manipulación descuidada de solventes químicos”, dijo Duffau. El Extasis no es un medicamento, sino que se produce en laboratorios ilegales, por lo tanto la manufactura varía sustancialmente de un proveedor a otro. “Hemos encontrado diferencias entre dosis en que la concentración de su componente activo, la metilendioximetanfetamina (MDMA), varía entre 18% y 58% en las diferentes unidades analizadas”, dijo. El Extasis produce deshidratación severa que puede desembocar en Hipertermia, que si no se trata a tiempo, puede dejar graves secuelas en el organismo. También se han registrado problemas en el sistema nervioso central, hemorragias encefálicas, accidentes vasculares y fallas respiratorias por su uso prolongado, cuadro que se agudiza por la combinación con alcohol. Qué dice la ley Duffau agregó que dado lo reciente de estas drogas, algunas no están incluidas aún en la Ley 20.000 que regula las sustancias ilícitas. “Algunas drogas como el C-Boom y sus derivados se empezaron a sintetizar recién a fines de 2012 y llegaron a Chile el año pasado. En marzo dimos la alerta a las autoridades para que se incluya en la ley y en sus reglamentos, y actualmente ese proceso está en marcha”. “Cada vez que nos encontramos con drogas nuevas, que aún no están incorporadas a la ley, se produce un desafío analítico interesante; el ISP cuenta con tecnología de punta para poder detectarlas y dar alerta temprana. Así ha ocurrido con el Spice hace unos años, o ahora con los derivados de la Feniletilamina, donde hemos sido los primeros en dar la alerta para los países de Latinoamérica”, indico el profesional.