Instituto de Salud Pública

 

Un taller para los encargados de farmacovigilancia de los centros asistenciales de baja y mediana complejidad de todo el país, incluidos los pertenecientes a la atención primaria, dictó  el Instituto de Salud Pública de Chile (ISP) bajo la modalidad de videoconferencia.
La actividad forma parte de las acciones que impulsa permanentemente el subdepartamento de Farmacovigilancia (FV) para la detección, evaluación, comprensión y prevención de los efectos adversos asociados al uso de los medicamentos.
En la capacitación participaron una veintena de servicios de regiones y, según precisó el jefe del subdepartamento a cargo, QF. Juan Roldán, forma parte de los esfuerzos escalonados para abrir la red a más actores de la salud y perseguir, como fin último, promover el uso racional y seguro de los medicamentos a través de un trabajo coordinado y colaborativo entre todos los actores de la red.
El año pasado, el ISP levantó el sistema de FV con los centros de alta complejidad, y como parte de la planificación 2013, este año se abrió a los de mediana y baja complejidad, además de la atención primaria. 
“Los participantes son parte de la red de FV; la idea de este tipo de acciones es levantar  el sistema de vigilancia ampliando cada vez más la participación de los distintos niveles de la salud pública, pero también privada y, en este caso, es la primera ocasión en la que tenemos contacto con los centros de atención primaria”, destacó el profesional.
Roldán indicó que las capacitaciones por videoconferencia ayudan a llegar a todos los establecimientos asistenciales del servicio público sin obstáculos de tipo económico o de distancia territorial, lo que implica que los funcionarios aprenden sobre cómo participar del sistema, y la importancia de monitorizar las reacciones adversas a medicamentos (RAM).
“Pero también –agregó- nos permite seguir fortaleciendo la comunicación y la cooperación entre los actores de la red a fin de que el trabajo sea más fluido, y que la preocupación por la salud de la población a través de la farmacovigilancia, resulte más efectiva”.
La FV es el conjunto de actividades relacionadas con la detección, evaluación, comprensión y prevención de los efectos adversos asociados al uso de los medicamentos. 
Para la ejecución de estas tareas, existe un Programa Nacional de Farmacovigilancia que recibe notificaciones de sospechas de reacciones adversas a medicamentos, reportadas por los profesionales de la salud del país.
De esa forma, se contribuye a la evaluación permanente y sistemática del perfil de seguridad de los medicamentos utilizados por la población nacional. Estos reportes son evaluados y procesados con el apoyo de un comité de expertos.
Dicha labor se rige por el DS N°3 y por la Norma General Técnica N° 140 sobre el Sistema Nacional de Farmacovigilancia de Productos Farmacéuticos de Uso Humano (aprobada por la resolución N° 381 de 2012 (MINSAL).
Entre los objetivos que persigue la FV se cuentan conocer la realidad de las RAM en la población chilena, detectar aumentos en la frecuencia de ciertos efectos adversos, identificar y evaluar los factores de riesgo que determinan su aparición, y prevenir que los pacientes sean afectados innecesariamente por fármacos potencialmente riesgosos.

 

Un taller para los encargados de farmacovigilancia de los centros asistenciales de baja y mediana complejidad de todo el país, incluidos los pertenecientes a la atención primaria, dictó  el Instituto de Salud Pública de Chile (ISP) bajo la modalidad de videoconferencia.

La actividad forma parte de las acciones que impulsa permanentemente el subdepartamento de Farmacovigilancia (FV) para la detección, evaluación, comprensión y prevención de los efectos adversos asociados al uso de los medicamentos.

En la capacitación participaron una veintena de servicios de regiones y, según precisó el jefe del subdepartamento a cargo, QF. Juan Roldán, forma parte de los esfuerzos escalonados para abrir la red a más actores de la salud y perseguir, como fin último, promover el uso racional y seguro de los medicamentos a través de un trabajo coordinado y colaborativo entre todos los actores de la red.

El año pasado, el ISP levantó el sistema de FV con los centros de alta complejidad, y como parte de la planificación 2013, este año se abrió a los de mediana y baja complejidad, además de la atención primaria. 

“Los participantes son parte de la red de FV; la idea de este tipo de acciones es levantar  el sistema de vigilancia ampliando cada vez más la participación de los distintos niveles de la salud pública, pero también privada y, en este caso, es la primera ocasión en la que tenemos contacto con los centros de atención primaria”, destacó el profesional.

Roldán indicó que las capacitaciones por videoconferencia ayudan a llegar a todos los establecimientos asistenciales del servicio público sin obstáculos de tipo económico o de distancia territorial, lo que implica que los funcionarios aprenden sobre cómo participar del sistema, y la importancia de monitorizar las reacciones adversas a medicamentos (RAM).

“Pero también –agregó- nos permite seguir fortaleciendo la comunicación y la cooperación entre los actores de la red a fin de que el trabajo sea más fluido, y que la preocupación por la salud de la población a través de la farmacovigilancia, resulte más efectiva”.

La FV es el conjunto de actividades relacionadas con la detección, evaluación, comprensión y prevención de los efectos adversos asociados al uso de los medicamentos. 

Para la ejecución de estas tareas, existe un Programa Nacional de Farmacovigilancia que recibe notificaciones de sospechas de reacciones adversas a medicamentos, reportadas por los profesionales de la salud del país.

De esa forma, se contribuye a la evaluación permanente y sistemática del perfil de seguridad de los medicamentos utilizados por la población nacional. Estos reportes son evaluados y procesados con el apoyo de un comité de expertos.

Dicha labor se rige por el DS N°3 y por la Norma General Técnica N° 140 sobre el Sistema Nacional de Farmacovigilancia de Productos Farmacéuticos de Uso Humano (aprobada por la resolución N° 381 de 2012 (MINSAL).

Entre los objetivos que persigue la FV se cuentan conocer la realidad de las RAM en la población chilena, detectar aumentos en la frecuencia de ciertos efectos adversos, identificar y evaluar los factores de riesgo que determinan su aparición, y prevenir que los pacientes sean afectados innecesariamente por fármacos potencialmente riesgosos.