Del 4 al 6 de diciembre, el Instituto Nacional de Salud Ocupacional (INSO) de Bolivia conmemoró su 62 aniversario con el «Foro Internacional de Vigilancia Epidemiológica», el que contó con la participación de profesionales del departamento de Salud Ocupacional del ISP, reconocido como Centro Colaborador de la OPS/OMS en salud laboral.

El Dr. Patricio Miranda, jefe del departamento Salud Ocupacional del ISP, y el ingeniero Christian Albornoz, jefe de la sección Riesgos Químicos, fueron los encargados de abordar temas cruciales relacionados con la vigilancia epidemiológica de riesgos laborales, centrándose en la silicosis y la higiene ocupacional.

El doctor Miranda, agradeció a las autoridades bolivianas por la confianza depositada en el INSO, destacando su papel como referente en la gestión de la salud ocupacional en la región. Resaltó que la silicosis sigue siendo un problema crítico en Chile, con más de 35,000 centros de trabajo expuestos, especialmente en la construcción, que concentra casi la mitad de los casos reportados.

Además, el profesional presentó el Programa de Evaluación de las Prestaciones Asociadas a la Silicosis (PECASI), diseñado para mejorar la calidad de las evaluaciones médicas relacionadas con esta enfermedad. Durante su exposición, destacó la necesidad de asegurar que los centros de salud cumplan con altos estándares de atención para los trabajadores expuestos a sílice, en concordancia con el Plan Nacional de Erradicación de la Silicosis.

Este foro no solo resalta la colaboración entre Bolivia y Chile en el ámbito de la salud laboral, sino que también reafirma la relevancia de la vigilancia epidemiológica como herramienta clave para la protección de los trabajadores en toda la región. La participación activa de los expertos del ISP chileno fue fundamental para enriquecer el diálogo sobre las mejores prácticas en la salud ocupacional.

Por su parte, Christian Albornoz resaltó la importancia de la vigilancia ambiental, refiriéndose específicamente los requisitos establecidos por la Norma UNE-EN 689:2019, que se enfoca en la medición de la exposición a agentes químicos en el lugar de trabajo. Albornoz enfatizó la necesidad de adoptar un enfoque proactivo para garantizar que los datos sobre la exposición a riesgos químicos sean precisos y representativos.